sábado, 14 de marzo de 2009

Tercer domingo de cuaresma

Ex 20,1-17

1 Cor 1,22-25

Jn 2,13-25

La existencia del pueblo de Dios está intrínsecamente ligada a “los Diez Mandamientos”, o mejor aún según el original hebreo, a “las Diez Palabras”, que Dios proclamó en el monte Sinaí y que definen el estatuto de la alianza y delinean la fisonomía del pueblo liberado de la esclavitud (primera lectura). Los Diez Mandamientos son un camino de libertad y de sabiduría para Israel y para todo el género humano. Esta ley antigua y nueva, en la que se concentra toda la voluntad de Dios, para el cristiano resuena y se resume en Cristo Jesús, “sabiduría de Dios” (segunda lectura). El es la “nueva ley” y el “nuevo templo”, la definitiva tienda del encuentro entre Dios y la humanidad (evangelio).

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