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viernes, 24 de junio de 2011

"Corpus Christi"

  • Primera lectura: Dt 8, 2-3. 14b-16a. “Te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres”.
  • Salmo 147: “Glorifica al Señor, Jerusalén”.
  • Segunda lectura: 1Co 10, 16-17. “El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo”.
  • Evangelio: Jn 6, 51-58. “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”.

«Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo». Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».
Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».
VER

En el momento del “Ver” del tema 3 del Itinerario de Formación Cristiana de Adultos “Ser cristianos en el corazón del mundo”, una de las preguntas es: “¿En qué suelen poner su felicidad las personas de mi propio ambiente o de la sociedad en general? Aporta un hecho concreto”. Y uno de los participantes apuntó que, para sus padres, la felicidad era poder reunir todos los domingos a su familia, hijos y nietos, para comer juntos, ya que con la “excusa” de estar con los padres también se relacionaban entre ellos, compartiendo no sólo el alimento sino “la vida”, lo trivial y los temas serios... Y que esa reunión familiar hacía que los lazos entre ellos fuesen muy estrechos.

JUZGAR

La semana pasada, con la fiesta de la Santísima Trinidad, poníamos el ejemplo de la Familia Dios, integrada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y que estábamos invitados a formar parte de esa Familia de un modo íntimo, pleno. Y hoy, en esta solemnidad de Corpus Christi, podemos ver que la felicidad de la Familia Dios, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es reunirnos en torno a su mesa para compartir nuestra vida: «El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí». Y en estas palabras empezamos a vislumbrar que su objetivo es que lleguemos a la mayor intimidad, y para llegar a esa intimidad profunda, el Hijo se hace alimento: «Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él».

Y ante estas palabras, es lógico que nos surja la misma pregunta que se hicieron los judíos: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Es una de las grandes cuestiones de la que la reflexión teológica ha dado razones a lo largo de la historia. Pero, como en el caso de la Santísima Trinidad, nos encontramos ante una cuestión experiencial más que ante una cuestión filosófico-teológica.

De ahí que Jesús no responda directamente a esa pregunta, porque lo más importante no es el “cómo”, sino el significado y las consecuencias de esa experiencia de “comerle a Él”: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre... si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día». La felicidad de Dios es que comamos con Él, que “le comamos”, para poder resucitar y vivir eternamente con Él.

Y desde esta experiencia de encuentro íntimo y profundo, se irán estrechando nuestros lazos, no sólo con la Familia Dios, sino también con la gran familia de Dios que es la Iglesia. Porque como hemos escuchado en la 2ª lectura, comer el cuerpo y beber la sangre de Cristo no sólo repercute en nosotros individualmente: «El cáliz... ¿no nos une a todos en la sangre de Cristo? Y el pan... ¿no nos une a todos en el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan». Y ahí también está nuestra felicidad.

ACTUAR

Podemos hoy hacernos la pregunta del principio: ¿En qué suelo poner mi felicidad? ¿Qué lugar ocupa Dios? ¿Qué lugar ocupa la participación en la mesa de Dios? ¿Soy consciente de lo que significa la Eucaristía, de las consecuencias de comer el Cuerpo de Cristo y beber Su Sangre, tanto para mí individualmente, como para el conjunto de la Iglesia? ¿Eso me hace feliz?

Al comenzar la celebración hemos dicho en la oración colecta: “Te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención”. Y la 1ª lectura nos decía: «Recuerda el camino que el Señor tu Dios te ha hecho recorrer... No sea que te olvides del Señor tu Dios». Recordemos hoy que la felicidad de Dios es que nos reunamos con Él y compartamos su mesa. Que no se nos olvide, que nunca faltemos a este sagrado convite, que lo vivamos en comunidad, sintiéndonos unidos como Iglesia, en familia, para tener vida en nosotros, ya ahora, y un día vida eterna, la mayor felicidad que podemos aspirar y a la que estamos llamados porque Dios mismo nos invita.

lunes, 1 de febrero de 2010

La lepra y los católicos en China

La dictadura china reprime a la Iglesia, pero deja en manos de católicos a los leprosos.
A pesar de la censura y las dificultades, son relativamente frecuentes las noticias de la represión que el régimen comunista chino aplica sobre la Iglesia católica fiel a Roma. Sin embargo, sí aprecian la labor de los católicos cuando se trata de atender las necesiadades de los enfermos de lepra. Unas 80 religiosas se encargan de ello.

Actualizado 1 febrero 2010

Tomado de R.B./ReL

Según las últimas estadísticas de la Iglesia católica continental elaboradas por el Faith Institute for Cultural Studies (FICS) de la China continental, al 8 de diciembre de 2009 unas ochenta religiosas trabajan en una veintena de estructuras gubernamentales que acogen a los leprosos. Además diversas estructuras católicas acogen a los leprosos u ofrecen asistencia médica y social a las personas que sufren de una enfermedad para la que se necesita algo más que una simple competencia técnico-científica.

En este contexto, el papel de la comunidad católica, especialmente de las hermanas, es casi indispensable, y es reconocido, confirmado, apreciado por las autoridades y la sociedad. Han sido definidas como los «ángeles de la guarda» de los leprosos chinos, según informa la agencia Fides.

Desde la provincia de Yun Nan, de Si Chuan, Shan Xi y Guang Dong… los cristianos han dado vida a varios centros de acogida para los leprosos. Se ocupan no sólo del cuidado físico de los pacientes, sino también y especialmente de la atención espiritual, devolviéndoles su dignidad y el coraje de vivir, de reinsertarse en la sociedad, de volver a abrazar de nuevo a su familia. Las personas con lepra, de hecho, suelen ser rechazadas por todos, de la sociedad en general y de sus familiares, pero son recibidos por los católicos, como los «Voluntarios de Mateo Ricci», también con la ayuda de los católicos que viven en el extranjero, como los coreanos del sur, los italianos (AIFO)…

En vista de la Jornada dedicada a los enfermos de lepra, los «Voluntarios de Mateo Ricci» de Jinde Charities han intensificado sus esfuerzos en los centros católicos y no católicos, promoviendo el conocimiento y la comprensión hacia ellos. La comunidad parroquial de la diócesis de Shan Tou organiza una marcha para apoyar a los leprosos, además de ofrecer asistencia concreta, porque se encuentra en las proximidades de un centro gubernamental de leprosos. Los fieles de la parroquia de Yang Zhou de la provincia de Shan Dong visitán periódicamente a los leprosos. Según el párroco «no es un simple gesto de caridad, sino un acto de fe, porque nos ayuda a entender lo importante que es apoyarse completamente en el Señor, ofreciéndose a si mismo, incluso la enfermedad». Las hermanas de la Congregación de la Presentación de Nuestra Señora de Shan Hai han renovado su misión precisamente hacia los leprosos.

martes, 28 de julio de 2009

Los abuelos y la educación en valores


En el día de los santos Joaquín y Ana

LES COMBES, domingo, 26 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI reconoció la tarea educativa de los abuelos al presidir este domingo, memoria de los santos Joaquín y Ana, el Ángelus desde la residencia de los Alpes en la que transcurre sus vacaciones.

Asimismo, el Papa pidió a los cinco mil peregrinos, congregados en la pradera del chalet de la colonia salesiana en que se aloja, oraciones por los abuelos, que "en la familia son los depositarios y con frecuencia los testigos de los valores fundamentales de la vida".

Como el Papa explicó la Iglesia celebra a los abuelos el 26 de julio pues Joaquín y Ana, según la tradición, eran los padres de la Virgen María "y, por tanto, abuelos de Jesús".

"Esta celebración lleva a pensar en el tema de la educación, que tiene un lugar tan importante en la pastoral de la Iglesia", reconoció, al dirigirse a los presentes que precedentemente habían participado en ese mismo lugar en la celebración eucarística, presidida por el obispo de Aosta, monseñor Giuseppe Anfossi.

"La tarea educativa de los abuelos siempre es muy importante --subrayó--, y lo es aún más cuando, por diferentes razones, los padres no son capaces de asegurar una adecuada presencia junto a los hijos, en la edad del crecimiento".

El Papa encomendó "a la protección de santa Ana y de san Joaquín a todos los abuelos del mundo, impartiéndoles una especial bendición".

"Que la Virgen María, quien según una bella iconografía aprendió a leer las Sagradas Escrituras sobre las rodillas de su madre, Ana, les ayude a vivificar siempre la fe y la esperanza con los manantiales de la Palabra de Dios", deseó.

Antes de despedirse de los peregrinos, el Papa recordó en particular "a todos los ancianos, en especial a aquellos que podrían encontrarse más solos y en dificultad".

Precedentemente, al comentar el Evangelio de la multiplicación de los panes, el pontífice meditó en la vocación del presbítero, recordando que la Iglesia está viviendo el Año Sacerdotal.

Del mismo modo, explicó, cuando ponen en las manos de Jesús "lo poco que son, los sacerdotes se convierten en instrumentos de salvación para tantos, para muchos".

Benedicto XVI concluirá el próximo 29 de julio sus vacaciones anuales que comenzaron el pasado 13 de julio. El resto del verano, lo pasará trabajando en la residencia pontificia de Castel Gandolfo, que está situada a unos 30 kilómetros de Roma.

viernes, 19 de junio de 2009

Vicente Ferrer

Ha muerto Vicente Ferrer, su historia es la histora de una pasión por ayudar a los necesitados. Como la Madre Teresa, la pobreza le habló con la voz de Cristo y él entendió que debía dedicarse a ellos de forma permanente. Su lucha y sus esfuerzos son un ejemplo para todos y nos recuerdan a todas las personas, misioneros y laicos, que dan lo mejor de sí mismo allá donde hace falta.
Mientras muchos hacen de esto un tema ideológico yo me limitaría hoy a recordar aquel pasaje del Nuevo Testamento que está en la raiz del compromiso de cualquier cristiano, 1ª Cor 13, 1-3:

1 Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.

2 Ya podría tener el don de predicación y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener una fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.

3 Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.

sábado, 16 de mayo de 2009

Sexto Domingo de Pascua

Hechos 10, 25-27.34-35.44-48
1 Juan 4,7-10
Juan 15,9-17


Las lecturas de este domingo nos hablan de amor. Si queremos comprender quién es Dios, no necesitamos hundirnos en explicaciones filosóficas ni metafísicas, Juan, en la segunda lectura, lo tiene claro: "Dios es amor". Y el amor consiste en que Dios se nos ha dado en Cristo, se nos ha comunicado y ha establecido, por su cuenta, una relación de amor con la humanidad. Estamos convocados al amor ya que el amor viene de Dios y actualiza lo divino que hay en nosotros.
Este amor ofrecido y aceptado es universal como recoge la primera lectura, no hay acepción de personas por ninguna circunstancia, cosa que no siempre entendemos a la primera, tampoco a los primeros discípulos les resultó fácil comprender este extremo.
En el Evangelio, encontraremos más claramente cuál es el tipo de amor que viene de Dios, Jesús es el modelo a seguir, en el amor entre el Padre y el Hijo está la clave de cómo podemos y somos invitados a amar nosotros. Fidelidad, obediencia, seguimiento, entrega y donación de sí mismo. "Nadie tiene amor más grande que  el que da la vida por sus amigos", y esto hecho libremente, aceptado desde la total lucidez de la conciencia. No hay lugar para el amor egoísta que pone al otro, a los otros, al servicio del propio bienestar. Este amar siguiendo el modelo de Jesús sólo es posible en comunión con él, de alguna manera la existencia cristiana se puede definir como un misterio de comunión con Cristo, como un misterio de amor que se desvela y explicita progresivamente en la historia cotidiana y que arranca en el corazón del Padre.
Feliz domingo.

viernes, 17 de abril de 2009

Elliot, noventa y nueve días

Sé que muchas personas no lo entenderán, pero me gustaría que les hiciera pensar. A pesar de todo, hay quien está dispuesto a amar hasta el dolor sabiendo que éste aparecerá inevitablemente. Que también es vida y es digna de amor la del niño enfermo, condenado a una muerte prematura. Elliot, con un desorden genético llamado trisomía 18, sólo vivió noventa y nueve días. Detectaron pronto que algo no iba bien en el embarazo, sin embargo los padres no se plantearon "interrumpirlo", lo amaron hasta el día que partió de este mundo. El día de su entierro liberaron noventa y nueve globos, la frase final resume la actitud con que se despidieron de él: "El Señor nos lo dio, el Señor se lo llevó. Bendio sea el Nombre del Señor", del libro de Job.



Lo encontré en "Perder el miedo a equivocarse".

jueves, 9 de abril de 2009

Jueves Santo


Ex 12,1-8.11-14
1Cor 11,23-26
Jn 13,1-15

La misa vespertina de la Cena del Señor, celebrada al caer la tarde, da inicio al triduo pascual, del mismo modo que la última cena de Jesús con los discípulos marcó el inicio de la Pasión. La celebración del Jueves Santo evidencia tres temas de grandísima importancia para la fe cristiana: la institución de la Eucaristía, memorial de la nueva alianza; la realidad del sacerdocio ministerial, valioso don para la unidad y el servicio en la Iglesia y el "mandamiento nuevo" del amor, sello distintivo de los discípulos de Jesús. (De Debarim.it)

En este marco la Iglesia celebra el día el Amor Fraterno. Una ocasión para mirar a nuestro alrededor y concretar la invitación a al amor en gestos concretos de solidaridad con los desfavorecidos de la crisis y los que siempre son desfavorecidos. A través de Cáritas, intentamos hacer efectiva nuestra ayuda a quienes lo necesitan con nuestros pobres medios. En este sentido, Cáritas Diocesana de Huelva ha solicitado ayuda para compensar las dificultades que están pasando en otros lugares de la diócesis.

lunes, 30 de marzo de 2009

Amor y sexo.

Habla muy deprisa, lo bueno es que puedes darle para atrás y volver a oírlo. Es interesante.