sábado, 16 de mayo de 2009

Sexto Domingo de Pascua

Hechos 10, 25-27.34-35.44-48
1 Juan 4,7-10
Juan 15,9-17


Las lecturas de este domingo nos hablan de amor. Si queremos comprender quién es Dios, no necesitamos hundirnos en explicaciones filosóficas ni metafísicas, Juan, en la segunda lectura, lo tiene claro: "Dios es amor". Y el amor consiste en que Dios se nos ha dado en Cristo, se nos ha comunicado y ha establecido, por su cuenta, una relación de amor con la humanidad. Estamos convocados al amor ya que el amor viene de Dios y actualiza lo divino que hay en nosotros.
Este amor ofrecido y aceptado es universal como recoge la primera lectura, no hay acepción de personas por ninguna circunstancia, cosa que no siempre entendemos a la primera, tampoco a los primeros discípulos les resultó fácil comprender este extremo.
En el Evangelio, encontraremos más claramente cuál es el tipo de amor que viene de Dios, Jesús es el modelo a seguir, en el amor entre el Padre y el Hijo está la clave de cómo podemos y somos invitados a amar nosotros. Fidelidad, obediencia, seguimiento, entrega y donación de sí mismo. "Nadie tiene amor más grande que  el que da la vida por sus amigos", y esto hecho libremente, aceptado desde la total lucidez de la conciencia. No hay lugar para el amor egoísta que pone al otro, a los otros, al servicio del propio bienestar. Este amar siguiendo el modelo de Jesús sólo es posible en comunión con él, de alguna manera la existencia cristiana se puede definir como un misterio de comunión con Cristo, como un misterio de amor que se desvela y explicita progresivamente en la historia cotidiana y que arranca en el corazón del Padre.
Feliz domingo.

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