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lunes, 4 de noviembre de 2013

Los "santos amenazantes"

Quería compartir con ustedes (dirán que tengo el blog abandonado y es verdad) una reflexión ajena pero que es experiencia universal de cualquier cura que lleve un tiempo en la tarea y se vea en la tesitura de decir que no a algo o a alguien. Iba a escribir de esto e igual lo hago en otro momento, pero mientras tanto comparto la historia del amigo Jorge:

"Hay momentos en los que la vida pastoral no es en absoluto sencilla. Tienes que estar atento al anuncio fiel del evangelio, a la administración da los sacramentos, al ministerio de la caridad… y todo eso tratando de compatibilizar –vano esfuerzo- el atender a cada cual como necesita, y a la vez intentar tratar a todos por igual. Porque claro, cada uno es cada uno, pero a la vez por qué Fulanito sí y yo no. Y ahí tienes al señor cura haciendo encaje de bolillos.
No suele haber problemas en estas cosas. La inmensa mayoría de la gente, aunque no siempre comprenda, se da cuenta de las dificultades, y acaba aceptando las cosas con una cierta deportividad. Pero… también existe la cofradía de los santos amenazantes… ¿No los conocen? Pero bueno…

Amenazante D. Joaquín, que no comprende que eso de que hagan juntos la primera comunión sus dos retoños, que se llevan más de dos años, no puede ser. Y como no lo comprende, amenaza con dejar de colaborar económicamente en la construcción del templo. Estábamos aún en el prefabricado. No pasa nada D. Joaquín,  le dije. En mi pueblo, hay una preciosa iglesia, viviendas y locales, y un servidor tiene allí una casita que heredó de sus padres. ¿Qué ustedes prefieren no tener centro parroquial? A mí plin… No lo hago para mí, yo lo tengo resuelto.
Menuda se puso doña Asunción porque se le dijo que eso de hacer la boda de su hija en el chalet no podía ser, que ni la hacíamos ni se la autorizaba como párroco. ¿Y si voy al vicario? Le dirá lo mismo. ¿Y el obispo? Me temo que también. Pues nada, que para eso era mejor dejar la Iglesia, que de qué servía ir a misa los domingos si luego le hacíamos esto. Que si no se hacía la boda en el chalet, no volvía a pisar una Iglesia. Pues usted misma, doña Asunción. Ya se lo explicará a Nuestro Señor el día en que se encuentren cara a cara.
Servidor era el administrador del cementerio parroquial allá en el pueblo. Se cobraba una pequeñísima cuota mensual por el mantenimiento, para que al menos estuviera limpio y no salieran hierbajos. Hubo que subir un poco porque es que ya no daba ni para el herbicida. Llegaron juntas Rafaela y Joaquina, y Joaquina me dijo: ¿y si por subir las cuotas la gente deja de pagar? No tuve que responder yo, lo hizo Rafaela: mira Joaquina, este señor cura tiene a sus muertos enterrados en su pueblo, nosotras los tenemos aquí. Tú sabrás si quieres que tus padres estén entre hierbajos o en un sitio arreglado y limpio. Sabia mujer, una vez más.
Jesús trajo un tan enorme como horrible cuadro de San José con la pretensión de colocarlo en la hermosa iglesia parroquial. No es que no pegara ni con cola, es que espantaba a las mismísimas ánimas del purgatorio. ¿Dónde lo va a colocar? Me temo que en ningún sitio. Pues si no lo pone bien visible me voy de esta parroquia y no me ve más por aquí. Suerte Jesús, que encuentres tanta paz como nos dejas…

¿A que ya van entendiendo mejor lo que es la cofradía de los santos amenazantes? Sin descartar a los que no solo te amenazan con un garrotazo, sino que te están esperando en la carretera para hacerlo realidad. Pero aquella vez yo corrí más." 

lunes, 16 de septiembre de 2013

Anónimos, amenazas e inmundicia moral

Hay gente muy aficionada a tirar la piedra y esconder la mano. Saben sobre el otro lo que otro ignora, juzgan sus gestos y comportamientos con total impunidad, y a la medida de su podrido interior. Solo ven basura porque es lo que llena su corazón y, claro, alegremente la reparten sobre los demás sin miedo a calumniar alegremente. Mira por dónde voy y encuentro que el Papa ha hablado de esto este fin de semana, que casualidad. Creo que es la mejor definición que se puede dar del autor/a del último anónimo que tenido el disgusto de leer. Ya saben hay gente muy cobarde que puede calumniarte a tus espaldas sin atreverse a hablar contigo para aclarar el entuerto...

«Los que viven juzgando al prójimo, hablando mal del próximo, son hipócritas. Porque no tienen la fuerza, la valentía de mirar los propios defectos. El Señor no dice sobre esto muchas palabras. Después, más adelante dirá: el que en su corazón tiene odio contra el hermano es un homicida. Lo dirá. También el apóstol Juan lo dice muy claramente en su primera carta: quien odia al hermano camina en las tinieblas. Quien juzga a su hermano es un homicida. Por lo tanto cada vez que juzgamos a nuestros hermanos en el corazón, o peor, cuando lo hablamos con los demás, somos cristianos homicidas. Y esto no lo digo yo, sino que lo dice el Señor. Sobre este punto no hay lugar a matices: si hablas mal del hermano, matas al hermano» 
De la homilía del Papa Francisco el 13 de septiembre de 2013

viernes, 26 de agosto de 2011

De la JMJ, la democracia o su ausencia.

Entre los efectos que la JMJ de Madrid ha tenido en la sociedad española está el de mostrarnos una muchedumbre de jóvenes que no se cortan de expresar publicamente su pertenencia a la Iglesia, su fe (esté más o menos madura) y su alegría de vivir. En Madrid se ha congregado un número de jóvenes que ha desbordado las previsiones más amplias de la organización, lo cual a provocado algún que otro problema. Por ejemplo no todo el mundo pudo entrar a Cuatro Vientos, muchos quedaron fuera, tampoco fue fácil acercarse al Vía Crucis, cortaron el acceso por las calles laterales porque había demasiada gente y eso que aún faltaban horas.
En general Madrid apareció tomado por una marea de gente joven que llenaba las calles, las zonas turísticas, las iglesias, los bares y restaurantes y el Metro. Gente de todas partes, variopinta, de movimientos eclesiales de lo más diverso. Resulta curioso comprobar la variedad de sensibilidades que hay en la Iglesia, hábitos y uniformes de todos los colores, grupos de las más variadas procedencias. Lo que en el pasado me hubiera confundido, ahora me parece una riqueza de la catolicidad (universalidad) de la Iglesia. Es cierto que tal vez muchos asistían llevados por la corriente de sus parroquias, que tal vez no todos tenían tan clara su fe y el motivo para asistir, pero es lo que pasa siempre, al menos se dieron la oportunidad de ver algo que dificilmente se les olvidará y sentirse parte de algo grande.
Gente joven que en general y con las lamentables excepciones, se comportó con civismo y buenas maneras, que daba las gracias y sabía estar por donde iba pasando. Gente que no iba de hoteles (algunos sí) sino que durmió en el suelo de pabellones, salones parroquiales o tiendas de campaña. Curiosamente el SAMUR madrileño no tuvo que asistir a ningún caso de intoxicación etílica en todo el tiempo, lo cual, dado el número de personas asistente, es de record.

Por otra parte tuvimos que sufrir las consecuencias de los movimientos intolerantes y antidemocráticos que se gestan en las sociedades en tiempos de crisis. No hay que olvidar que las peores dictaduras europeas se gestaron en las crisis en grupos de extremistas que afirmaban sus derechos negando los de los demás. Ese laicismo anticlerical y antidemocrático que no vacila en repetir mentiras e insultos contra los demás mientras reclama todo tipo de derechos para sí es el caldo de cultivo de una ideología totalitaria y negadora del pensamiento divergente. Se ha demostrado que la financiación de la JMJ ha salido de los bolsillos de los peregrinos y de la aportación de entidades privadas, sin más aportación pública que facilitar el movimiento y congregación de los asistentes y su seguridad (oye, que los asistentes pagan impuestos para eso y eran bastantes más). Pero a ese laicismo totalitario la realidad no le importa, repiten la falacia, viven de eso.
Organizan una manifestación en los días y lugares en que más puedan provocar y alterar y el gobierno, en un alarde de incompetencia, se lo permite. Insultan y escupen a los peregrinos por estar allí, ¡es que están rezando! Llegan a decir algunos. Y algunos repiten la estupidez de que la policía tenía que haber echado a los peregrinos de Sol para que no coincidieran con la marcha. Oiga, que la JMJ lleva tres años convocada y ustedes lo han organizado con toda mala idea, que nos damos cuenta. Alguna gente de nuestro pueblo se vio envuelta accidentalmente en esta movida, basta preguntarles para que quede claro con que tipo de gente nos las estamos viendo, odio ciego y visceral.
Para muestra un botón, este vídeo con los insultos, mentiras y gritos que demuestran con que tipo de energúmenos nos estamos viendo.



Hay más como éste, éste otro, o éste.