Nota de Prensa
ASENTAMIENTOS DE TEMPOREROS
Cientos de temporeros inmigrantes malviven bajo plásticos en asentamientos chabolistas en nuestra provincia.
Huelva, 3 de Marzo de 2009
Como todos los años por estas fechas cientos de personas se han desplazado a nuestra provincia, buscando fortuna en las explotaciones agrícolas. Sin embargo, en esta ocasión, a los que ya llegaban en años anteriores se han sumado muchas personas que, o bien no lo habían hecho antes, o bien no lo hacen desde hace muchos años, al haber estado colocados en otros sectores productivos (industria y construcción principalmente)
Gran parte de estas personas han terminado malviviendo en asentamientos chabolistas en los alrededores de las localidades freseras, en: bosques y polígonos industriales, donde carecen de agua, saneamiento, electricidad, servicio de recogida de basuras... Y por supuesto, de una vivienda digna: duermen en chabolas construidas con los mismos plásticos agrícolas. Actualmente hay alrededor de 500 personas en esta lamentable situación.
La contratación en origen, y el escaso trabajo que hasta la fecha ha generado la campaña fresera ha dejado a todos estos trabajadores temporeros al margen. Muchos de ellos tienen sus papeles en regla, pero aún así ven como pasan los días sin poder trabajar.
Cada semana, además, vienen acudiendo a demandar comida a los equipos de distintas Cáritas parroquiales gran cantidad de estos temporeros, recorriendo grandes distancias que dan idea de la importante situación de necesidad en la que se encuentran. La situación humanitaria es grave y puede agravarse aún más.
Esta situación no es nueva, aunque en los últimos años se había conseguido minimizar el impacto de estos asentamientos. La crisis económica nos ha traído otra vez escenas que hubiéramos preferido no repetir. Y nuevamente hay que denunciar la falta de dispositivos que den alojamiento a todos aquellos que llegan a nuestra provincia (sólo Cartaya dispone de un albergue de temporeros), para trabajar.
La negativa de muchos propietarios a alquilar casas a personas subsaharianas, aun cuando estos dispongan de recursos económicos, y la ausencia de alojamiento alternativo impide el acceso a una vivienda digna.
Esta situación de infravivienda se ve agravada por los “levantamientos” efectuados periódicamente por los cuerpos de seguridad del Estado, que acuden a las zonas chabolistas con tractores que arrasan las rudimentarias construcciones, único abrigo del que disponen sus ocupantes. En pocas horas los asentamientos se han vuelto a levantar en otro lugar, en un sinsentido que deteriora física y anímicamente a estas personas.
En la capital la situación no deja de ser grave. El primer lugar de llegada a la provincia sigue sin estar preparado y diariamente están durmiendo a la intemperie, según hemos podido comprobar, entre cincuenta y cien personas que se suman a las que lo hacen durante el resto del año. La administración no dispone de servicios de alojamiento, higiene, consigna... que permitan a estas personas evitar una situación tan contraria a una sociedad que se dice del Bienestar.
Hacer un llamamiento a la solidaridad en esta situación es insuficiente. Nos sentimos obligados, más bien, a hacer una demanda de justicia. La sociedad entera debe hacerse consciente de esta realidad, y la sociedad entera debe poner todos los medios para que se evite que siga siendo así.
ASENTAMIENTOS DE TEMPOREROS
Cientos de temporeros inmigrantes malviven bajo plásticos en asentamientos chabolistas en nuestra provincia.
Huelva, 3 de Marzo de 2009
Como todos los años por estas fechas cientos de personas se han desplazado a nuestra provincia, buscando fortuna en las explotaciones agrícolas. Sin embargo, en esta ocasión, a los que ya llegaban en años anteriores se han sumado muchas personas que, o bien no lo habían hecho antes, o bien no lo hacen desde hace muchos años, al haber estado colocados en otros sectores productivos (industria y construcción principalmente)
Gran parte de estas personas han terminado malviviendo en asentamientos chabolistas en los alrededores de las localidades freseras, en: bosques y polígonos industriales, donde carecen de agua, saneamiento, electricidad, servicio de recogida de basuras... Y por supuesto, de una vivienda digna: duermen en chabolas construidas con los mismos plásticos agrícolas. Actualmente hay alrededor de 500 personas en esta lamentable situación.
La contratación en origen, y el escaso trabajo que hasta la fecha ha generado la campaña fresera ha dejado a todos estos trabajadores temporeros al margen. Muchos de ellos tienen sus papeles en regla, pero aún así ven como pasan los días sin poder trabajar.
Cada semana, además, vienen acudiendo a demandar comida a los equipos de distintas Cáritas parroquiales gran cantidad de estos temporeros, recorriendo grandes distancias que dan idea de la importante situación de necesidad en la que se encuentran. La situación humanitaria es grave y puede agravarse aún más.
Esta situación no es nueva, aunque en los últimos años se había conseguido minimizar el impacto de estos asentamientos. La crisis económica nos ha traído otra vez escenas que hubiéramos preferido no repetir. Y nuevamente hay que denunciar la falta de dispositivos que den alojamiento a todos aquellos que llegan a nuestra provincia (sólo Cartaya dispone de un albergue de temporeros), para trabajar.
La negativa de muchos propietarios a alquilar casas a personas subsaharianas, aun cuando estos dispongan de recursos económicos, y la ausencia de alojamiento alternativo impide el acceso a una vivienda digna.
Esta situación de infravivienda se ve agravada por los “levantamientos” efectuados periódicamente por los cuerpos de seguridad del Estado, que acuden a las zonas chabolistas con tractores que arrasan las rudimentarias construcciones, único abrigo del que disponen sus ocupantes. En pocas horas los asentamientos se han vuelto a levantar en otro lugar, en un sinsentido que deteriora física y anímicamente a estas personas.
En la capital la situación no deja de ser grave. El primer lugar de llegada a la provincia sigue sin estar preparado y diariamente están durmiendo a la intemperie, según hemos podido comprobar, entre cincuenta y cien personas que se suman a las que lo hacen durante el resto del año. La administración no dispone de servicios de alojamiento, higiene, consigna... que permitan a estas personas evitar una situación tan contraria a una sociedad que se dice del Bienestar.
Hacer un llamamiento a la solidaridad en esta situación es insuficiente. Nos sentimos obligados, más bien, a hacer una demanda de justicia. La sociedad entera debe hacerse consciente de esta realidad, y la sociedad entera debe poner todos los medios para que se evite que siga siendo así.
- Pedimos a las Administraciones competentes la puesta en marcha de medidas que evitan estas situaciones de exclusión severa, de privación de derechos como la vivienda, el trabajo, la salud o la seguridad.
- Pedimos a los empresarios que se comporten de manera responsable con estos trabajadores, y que tengan en cuenta que muchos de ellos han participado en años anteriores de la campaña de la fresa.
- Pedimos a la ciudadanía comprensión y respeto, y a los propietarios de viviendas en alquiler que nos discriminen a estos colectivos.
- Desde Cáritas nos comprometemos a mantener la atención humanitaria a estas personas en la medida de nuestras posibilidades, a promover las acciones que eviten que se vuelvan a repetir, y a procurar la coordinación con el resto de entidades implicadas.
Para cualquier cuestión el tlfno de contacto es el 959 245 226 o el 625 179 818 (Gonzalo Revilla)
Gonzalo Revilla
Programa de Comunicación
Cáritas Diocesana de Huelva
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