sábado, 28 de marzo de 2009

Quinto domingo de cuaresma

Jer 31,31-34
Heb 5,7-9
Jn 12,20-33

El leccionario bíblico de este domingo se abre con el célebre oráculo de la “nueva alianza” (Jer 31,31-34), uno de los vértices de la teología del Antiguo Testamento (primera lectura). El profeta anuncia la superación del antiguo pacto del Sinaí, a través de una acción gratuita de Dios que transforma al hombre, grabando su ley, ya no sobre la piedra sino en el corazón de cada uno. Esta novedad se realiza en la Pascua de Cristo, a través de la cual Dios establece una alianza nueva con la humanidad, no sellada con sacrificios de animales, sino con la obediencia y oblación del Hijo, víctima y sacerdote (segunda lectura). En la hora de la cruz Cristo es glorificado, atrayendo a todos los hombres hacia él. El es el grano de trigo que cae en tierra y muere para producir el fruto de la vida en la historia de la humanidad (evangelio).

De Debarim.

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