Ya, es cierto que el término "sin fronteras" ha llegado a un punto de vulgarización que se presta a cierto choteo, para qué andar engañándonos. Sin embargo el sentido original de gran familia, de superar cualquier límite físico o mental para ir al encuentro del otro, del que lo necesita, sigue vigente.
Si me apuran podríamos decir que la Iglesia tiene cierta delantera en la idea al definirse como "católica", es decir, universal, para todo el género humano de todos los tiempos y lugares. A quién mejor le viene bien el apelativo que a un cristiano consciente de su misión en la historia.
Esto sirve para presentar un movimiento que se define así, como "Cristianos sin Fronteras".
En su web, entre otras cosas se explican así:
La asociación se apoya en el compromiso de un cristiano que, descubriendo lo que significa el bautismo, comunica a sus compañeros lo que está dispuesto a hacer por la animación misionera de la comunidad formando parte de una asociación. Dice así: "Yo..., pretendiendo con la gracia de Dios, profundizar mi compromiso bautismal con el Señor Jesús en su dimensión misionera evangelizadora, me comprometo con la asociación Cristianos sin Fronteras, según el proyecto de vida que he presentado" Una advertencia, que para nosotros es importante. Nosotros somos solamente una asociación. No somos, no queremos ser comunidad. Cada uno vive su vida cristiana en una comunidad. Nos reunimos desde varias comunidades para trabajar juntos por la animación misionera de esas nuestras y de otras comunidades.
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