● Primera lectura ● Ex 22, 20-26 ● “Si explotáis a viudas y huérfanos se encenderá mi ira contra vosotros.”
● Salmo ● 17 ● “Yo te amo, Deñor, tú eres mi fortaleza.”
● Segunda lectura ● 1Ts 1, 5c-10 ● “abandonásteis los idolos para servir a Dios y vivir guardando la vuelta de su Hijo.”
● Evangelio ● Mt 22, 34-40 ● “Amarás al Señor tu Dios y al prójimo como a ti mismo.”
En aquel tiempo, los fariseos al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es mandamiento principal de la Ley?»
Él le dijo: «Amarás al Señor, tu dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser». Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él. «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Estos dos mandamientos sostienen la ley entera y los profetas.
VER
Hace unos días, una persona me decía: "Es que por la mañana te despiertas y empiezas a escuchar las noticias, y se te cae el mundo encima. Ya empiezas el día viviéndolo todo negro". Algunas veces las circunstancias personales que pasamos, o la situación de crisis generalizada, nos llevan a centrarnos mucho en lo negativo. Y no se trata de ponernos unos cristales de color de rosa para ver la realidad, engañándonos a nosotros mismos; pero si nos detenmos a pensar, junto con lo negativo que efectivamente "está ahí", encontraremos también cosas positivas. Como "la botella medio llena y medio vacía". Por eso, para que nuestro estado de ánimo no se derrumbe, es recomendable aprender a pensar en positivo, sin esconder lo negativo, pero resaltando las cosas buenas que encontramos. Porque si nos centramos en lo negativo, eso no nos ayuda a nosotros ni ayuda a los demás.
JUZGAR
En este domingo la Palabra de Dios nos invita a pensar en positivo, idicándonos como pasar de los negativoa encontrar el fundamento para afrontar la realidad en positivo: en Dios y desde Dios. Él, como buen pedagogo, ha ido dándosenos a conocer, adaptándose a nuestra capacidad y comunicándose en la medida en que el ser humano ha ido siendo capaz de asimilar esa revelación.
ACTUAR
¿Suelo centrarme más en lo negativo o en lo positivo? ¿Por qué? En la relación con los demás, ¿me conformo con "no hacer mal a nadie" o me esfuerzo en "amar al prójimo como a mi mismo"? En la relación con Dios, ¿me centro en cumplir los mandamientos, o me esfuerzo en amarle con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo mi ser? Mi estilo de vida, ¿supone un testimonio creíble de fe?
Un vídeo de las ayudas del Domund (la cancioncilla es horrible, pero bueno):